viernes, 4 de marzo de 2016

Niños y niñas en la edad media.

La vida en la Edad Media era difícil para los humanos adultos y esta desafortunada situación se proyectaba en toda la sociedad, y los más débiles eran los pequeños, que sufrían abusos,  palizas, e infanticidios.
 Al nacer una criatura, según las costumbres de la época, se le cortaba el cordón umbilical y se limpiaban las cavidades bucal, nasal y los ojos y después poniendo una bola de plomo en el ombligo se encorsetaban para que no se deformaran las extremidades y para evitar el llanto.
La ignorancia atribuía que los gemelos eran producto de la infidelidad de la mujer, uno era del marido y otro del amante.
Eran bautizados de forma urgente, porque la mortalidad infantil era enorme.si el niño era llorón entraba en sospecha de estar relacionado con demonios, o poseídos por engendros,  las gentes creían que un niño deforme era producto  del pecado de sus padres,  por ello y para evitar una critica pública eran abandonados o se les dejaba de prestar cuidados con lo cual se producía un infanticidio pasivo.
Los niños de familias económicamente acomodadas, los enviaban al campo donde eran criados por  familias  que cobraban por cuidarlos, después eran enviados a las escuelas donde la mayoría eran de monasterios y parroquias. Los hijos de la nobleza eran pajes desde los 7 a 14 años, después eran escuderos y a los 21 años recibían el cargo de caballeros, Su formación y entrenamiento era : el manejos de arco, lanzas y lucha con espadas o cuerpo a cuerpo.Las niñas recibían información de cómo  comportarse en la vida social, hacer bordados y aprendían a leer para que pudieran dedicarse al estudio de libros religiosos, y decidirse por ser esposa de un caballero o profesar en un convento de por vida.A los doce años a las chicas se les consideraba adultas y los chicos a los catorce Para los pertenecientes a las familias pobres, su futuro era el trabajo en la agricultura, como pastores o trabajo en minas.

Estamentos medievales

Edad Media el noventa por ciento de la población vivía en el campo, centro de toda actividad y vida diaria para los habitantes de aquella época.
En los primeros siglos medievales, los campesinos se organizaban entorno a unas tierras propias y otras comunes, como bosques, que compartían con sus vecinos. En grupos reducidos, imponían sus leyes y justicia, organizaban las cosechas y los recursos que de ellas obtenían.
Poco a poco, estas comunidades fueron absorbidas por señores, laicos o religiosos, a los que habían sido entregadas esas tierras. Así da comienzo lo que hoy en día hemos llamado sistema feudal o feudalismo, instaurándose como modo de organización social.
La sociedad estaba dividida en estamentos: en la base encontramos a los campesinos, libres o siervos, quienes suponían la inmensa mayoría de la población; en el escalafón intermedio se encuentran los militares y los nobles, laicos o eclesiásticos. No todos tenían la misma categoría sino que el estatus dentro de estos dos grupos variaba. Acabamos en la cúspide con la realeza, es decir, el rey y su familia.
El pertenecer a uno u otro grupo estaba marcado por el nacimiento, no pudiendo pasar de uno a otro dado el carácter blindado de los estamentos. Así lo articularon los estudiosos de la época quienes buscaron una explicación divina para la nueva organización social que se estaba produciendo. Cada uno cumplía una función, siendo importantes todas ellas ya que dependían unos de otros mediante un intrincado sistema de lazos llamado sistemas de dependencia o vasallaje, donde los campesinos juraban fidelidad o vasallaje a los señores quienes, a cambio del trabajo en sus tierras y parte de la cosecha, les proporcionaban protección.

os señores y los militares, a su vez, juran fidelidad al rey por medio de la ceremonia del homenaje, asegurando su apoyo y fuerzas en tiempos de guerra. El rey, agradecido, entregaba unas tierras o feudos a los nobles a modo vitalicio y hereditario, pasando a ser dirigidas y gobernadas por ellos desde sus castillos o fortalezas, centros de actividad no sólo política sino también económica. Cada tierra estaba dirigida de forma distinta y es que, desde que las leyes eran consuetudinarias, no estaban escritas sino que se basaban en las tradiciones y costumbres de cada pueblo, podían ser interpretadas de distintas formas.